Entrega 1/3
III Maratón Fotográfico
organizado por el Diario El Ideal de Andalucía.
La cita se dio un sábado a las ocho de la mañana. Partiendo desde Granada ocho autobuses repletos de entusiastas fotógrafos, la mayoría noveles aficionados aunque destacaban algunos con acento netamente profesional a juzgar por los equipos (cámaras y trípodes) que portaban aunados a las mochilas con las viandas llenas de bocadillos y agua para resistir al movido día que se esperaba. Eso aun contando con que la organización tenía planificado dotar a cada participante además de la identificación de participante un chaleco de obsequio y una bolsa con vituallas. El recorrido estaba formado por cuatro sitios emblemáticos de la Ruta de los Castillos y batallas. El primero era Baños de la Encina, seguido por Jaén–Santa Catalina, continuaba por Alcaudete y finalizaría en Alcalá la Real para de ahí retornar a Granada.
La cita se dio un sábado a las ocho de la mañana. Partiendo desde Granada ocho autobuses repletos de entusiastas fotógrafos, la mayoría noveles aficionados aunque destacaban algunos con acento netamente profesional a juzgar por los equipos (cámaras y trípodes) que portaban aunados a las mochilas con las viandas llenas de bocadillos y agua para resistir al movido día que se esperaba. Eso aun contando con que la organización tenía planificado dotar a cada participante además de la identificación de participante un chaleco de obsequio y una bolsa con vituallas. El recorrido estaba formado por cuatro sitios emblemáticos de la Ruta de los Castillos y batallas. El primero era Baños de la Encina, seguido por Jaén–Santa Catalina, continuaba por Alcaudete y finalizaría en Alcalá la Real para de ahí retornar a Granada.
Cabe mencionar el interés histórico y cultural
que representa al tener la oportunidad de emprender estos viajes. En estas
tierras se riñeron algunas batallas que cambiaron el curso de la historia
peninsular: Baécula (208 A.C.); Alarcos, (1195); Las Navas de Tolosa, (1212) y
Bailén (1808). Los Castillos que se encuentran a lo largo de esta ruta muestran
la progresión de la frontera entre musulmanes y cristianos así como la
evolución de la arquitectura militar desde la antigüedad prehistórica hasta los
castillos-palacios del Renacimiento.
De Granada a Baños de la Encina
son aproximadamente 140 Km. El viaje es agradable recorriendo la campiña
tapizada de olivares, salpicada de brumas matutinas hasta llegar a nuestro
primer destino. Es así como entre un mar de olivos, en
lo alto de una colina denominada “Cerro del Cueto” en terrenos
de Sierra Morena, se alza la villa de Baños de la Encina, cuyo gentilicio es “Bañusco”.
Con una superficie de 392 Km2, y una altitud de 440 mts. Con aproximadamente
2,800 habitantes, este milenario pueblo jienense a sido declarado
Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. La primera ocupación de este espacio se
remonta a la edad del Cobre. En el interior del Castillo se encuentran restos
de culturas de la edad del Bronce y de la cultura Ibera que también tienen
continuidad fuera de sus muros. Roma plantó un mausoleo funerario, a modo de
templo en su parte más elevada.
El pueblo se halla con vistas a la
campiña olivarera. Baños de la Encina se encuentra muy cerca del Pantano Rumblar (la
“playa de Jaén”), a las faldas de la localidad y muy frecuentado en el período
estival. El origen del nombre de Baños deriva de la riqueza acuífera del
subsuelo de la zona que riega su término con un rosario de pozos y fuentes
naturales.
En el siguiente video
proporcionamos un compendio de las maravillosas vistas, sitios y parajes que
alberga Baños de la Encina. El video a sido creado a partir de las fotos
tomadas ese día, la música de fondo es un fragmento del segundo moviendo de la
obra de J.S. Bach, Concierto de Oboe en D menor.
Después de recibir por parte de
la organización los obsequios y las instrucciones sobre los tres temas
propuestos a trabajar en cada sitio los casi 400 participantes se dispersaron
en todas direcciones en busca de la mejor toma.
Por nuestra parte, el primer
punto a reconocer fue la oficina de información que se encontraba a la entrada
del poblado muy cerca de la plaza de la Constitución, ahí nos brindaron un mapa
callejero para poder ubicar mejor los sitios. Teníamos aproximadamente dos
horas para volver a reunirnos en el punto de partida y salir hacia el segundo
destino.
Decidimos que había que ceñirnos a prácticamente tres bloques; el primero era el centro histórico
que abarcaba la Plaza de la Constitución, luego dirigirnos hacia El Molino de
Viento del Santo Cristo, para pasar después por la Ermita del Cristo del Llano
y finalizar en el Castillo de Burch Al Hamman. En ese inter veríamos las
numerosas casas nobles que aun se conservan y que dan el encanto señorial que
posee la población.
Aquí para ayudarnos en la redacción de esta narración vamos a tomar nota de los escritos de las
frases que están inscritas en las placas de información al público en cada
lugar. Es así como en la Plaza de la Constitución que es nuestra primera parada
hemos podido leer que ese espacio, ya al final de la Baja Edad Media, debido a su
carácter amesetado, se convierte en protagonista de la vida social de la aldea
y lugar de mercado público. Es con la expansión urbana que se desarrolla a
finales del S. XV, que se los distintos poderes aldeanos van cercando mediante
casonas un espacio irregular presidido por la parroquia de San Mateo, cuyo
atrio se convierte en centro neurálgico de la vida del lugar.
La Iglesia Parroquial de San
Mateo (S. XV – XVIII), aunque su cuerpo principal y cuya portada lateral es de
estilo gótico, la torre campanario que flanquea la entrada principal tiene acabados renacentistas. Su
torre de base octogonal, tiene tres cuerpos y está rematada por pináculos. En su interior de acuerdo al escrito alberga
un grandioso retablo y pinturas de Murillo, así como el Pulpito y la pila
Bautismal hechos de mármol rojo y negro de Cabra. También posee una de las joyas del arte sacro
del siglo XVIII en el Sagrario y alberga una pintura de Murillo.
Desafortunadamente en este día se encontraba cerrada, al menos en el momento de
estar ahí así que no pudimos contemplar su interior.
Parroquia de San Mateo |
Algunas puertas de las casas nobles en Baños de la Encina |
Siguiendo con nuestra ruta llegamos al molino
del Santo Cristo (S. XVIII), que le eleva en el paraje llamado de “Buenos
Aires”, en la cota más elevada del Cerro de la Calera. En antaño este lugar era
rodeado de pan trillar. De estilo manchego, es el más meridional del la
península Ibérica. A pesar de la colonización olivarera del valle, la cantidad
de grano no decaía, esto debido a que durante el siglo XVIII se desarrolló una gran
intensidad agrícola en la zona. Originalmente estaba constituido por tres
partes; cuadra, camareta y sala de molienda. Hoy en día acoge un pequeño museo.
Molino del Santo Cristo del Valle |
Sin embargo, lo más sorprendente
en su torre camarín. Toda la iconografía del Nuevo Testamento adornada con
pájaros exóticos, guirnaldas vegetales y angelotes que se sustentan en
estípetes, hornacinas, pedestales y espejos se van sucediendo en altura desde
la planta poligonal a nivel del suelo hasta cerrar en una espectacular bóveda,
que recuerda las de mocárabes presentes en la mezquita catedral de Córdoba o la
Alhambra de Granada.
De clara influencia granadina
(Cartuja), la Ermita está emparentada con el barroco expresivo que se
desarrolló en la subbética y campiña cordobesa durante los últimos estertores
del siglo XVIII.
Parte de la bóveda de la Ermita |
Para llegar al Castillo hemos
pasado por debajo del Arco de los Benalúa. Esta portada, que cierra en arco de
medio punto y está rematada en altura por frontón partido y escudo heráldico
(desaparecido), daba acceso al patio principal-distribuidor de una de las
caserías aceiteras del valle –Conde de Benalúa-. Estas caserías, durante los
siglos XVII y XVIII, fueron protagonistas de la introducción del cultivo del
olivar en la campiña de Baños de la Encina. A finales de la década de los noventa del
siglo XX, debido al estado de ruina de la casería, la portada fue trasladada
pieza a pieza a la ubicación actual. Ahora abre paso al alto del Cerro del
Cueto como en su día lo diera a la mayor industria del momento.
Arco de los Benalúa |
El Castillo de Burgalimar
(también llamado Castillo de Burch Al Hammam), es uno de los más antiguos
de Europa. El Castillo de Burgalimar, está en
perfecto estado de conservación, cuenta ya con 4000 años de historia y domina
el paisaje de Baños de la Encina. Representa uno de los más espléndidos
monumentos de la arquitectura militar, no solo en España sino en toda Europa y
mantiene prácticamente el recinto original.
Esta fortaleza fue mandada construir por el
califa cordobés Alhaken II en el 968 dentro de un plan califal de proveer una
derrotero de fortificaciones defensivas en la ruta y caminos que iban desde Córdoba
a Toledo. El castillo, de catorce torres, fue construido con arcilla, arena,
cal y piedras pequeñas. Esta técnica constructiva llamada "La Tabiyya" permite que la tierra roja libre de materia orgánica, el chino o piedra de río, cal como aglutinante y agua sea la fórmula que ha permitido a este coloso después de muchos siglos seguir permaneciendo en pie. Un elemento importante de este impresionante castillo
de Baños de la Encina es su puerta de herradura califal. La fortaleza es conocida
también como la “Fortaleza de los siete reyes” ya que estuvieron en ella
Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y
Fernando el Católico. El Castillo fue conquistado definitivamente en 1512, tres
días después de la batalla de las Navas de Tolosa.
Castillo de Burgalimar |
Del Molino a la Parroquia. Vista de la Ciudad de Baños de la Encina desde el Castillo |
Ligdamis A. Gutiérrez E.
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